martes, 12 de noviembre de 2013

La tumba de las luciérnagas

RESUMEN DE LA PELÍCULA


Esta es una película ambientada en Japón, durante los bombardeos de la II Guerra Mundial (1939-1945). Sus protagonistas: Seita y Setsuko son hijos de un oficial de la marina japonesa. Un día, durante un bombardeo, no consiguen llegar a tiempo al búnker donde su madre los espera. Cuando después la buscan, la encuentran malherida en la escuela, que ha sido convertida en un hospital de urgencia. Tras la muerte de su madre y una breve estancia en casa de su tía, los niños vagarán sin casa y sin rumbo. Sobrevivirán en un antiguo refugio antiaéreo, ante la apatía de todos. Solos y abandonados se diluyen en los ecos de una guerra que deshumanizó al mundo.

COMENTARIO INTERESANTE DE ESTA PELÍCULA




En este blog podemos encontrar una Crítica de “La Tumba de las Luciérnagas” (Isao Takahata, 1988)
por Adrián Esbilla.
Dónde podemos leer, entre otras cosas dos fragmentos del pensamiento del autor de la novela.

La tarde del veintidós de septiembre del año veinte de Shówa Seita, que había muerto como un perro abandonado en la estación de Sannomiya, fue incinerado junto a los cadáveres de otros veinte o treinta niños vagabundos en un templo de Nunobiki y sus huesos fueron depositados en el columbario, los restos de un muerto desconocido”. Extraído de la novela “La Tumba de las Luciérnagas” (Akiyuki Nosaka, 1967) 

La novela se basa en una experiencia similar del autor y reflexiona sobre ella:

Honestamente, la muerte de mi hermana también fue un alivio para mí, una carga que me sacaba de encima. Saber que nadie volvería a despertarme de noche con su llanto, que podría ir de un lado para otro sin tener que cargar con una niña en mi espaldas. Me duele mucho decir esto sobre mi hermana, pero también esos sentimientos eran reales. Por eso, porque todo eso me resulta odioso, es que nunca quise releer mi novela (Grave of the Fireflies, 1967). Es tan hipócrita... (...) Hay muchas cosas que no pude resolverme a escribir. En la historia, el hermano mayor se va volviendo cada vez mejor persona... fue una forma de tratar de compensar todo lo que en la realidad no pude hacer. En ese entonces, siempre me proponía en mi cabeza hacer actos de generosidad, pero no podía. Siempre pensaba ‘No voy a comer para darle alimento a mi hermanita’, pero cuando finalmente tenía la comida en la mano... estaba hambriento y comía. No hay delicia comparable a la de comer, en esos momentos. Y el dolor que venía después, era igual de enorme. No creo que existiera una persona más desesperada que yo...” Declaraciones extraídas de 
http://hjg.com

Antiguo y Nuevo Testamento